Quiéreme mucho

Feb 3 / Laura Monge

Cuando llega la adolescencia, los cambios físicos, psicológicos, emocionales y cerebrales se suceden tan rápido, que en muchas ocasiones podemos llegar a sentir que no nos ha dado tiempo a adaptarnos a la nueva situación y que nos están cogiendo demasiada ventaja…

Físicamente parecen hombres o mujeres, tienen claro lo que quieren y lo defienden con todo su ser, los intereses cambian, los conflictos crecen, las emociones no dejan tregua y parece que no nos necesitan o al menos, no tanto como antes…

Sin embargo, los padres seguimos teniendo un papel muy importante en el desarrollo y maduración de nuestros hijos. 
Hay adolescencias fáciles o muy fáciles y adolescencias difíciles o muy difíciles. Cada hijo es único e irrepetible y lo que nos servía con uno, no es válido para el siguiente. Sin embargo, hay algunas pautas generales que viene muy bien tener en cuenta para esta etapa:

– NORMAS Y LÍMITES:
 Los necesarios y muy claros. En caso de sucederse los conflictos, es importante sentarse en un momento tranquilo, para intercambiar opiniones, llegar a un acuerdo y dejarlo por escrito. Y aunque parezca que nunca tenemos tiempo para esto, la cantidad de charlas y conflictos que se ahorra es más que interesante…

– CONSECUENCIAS CLARAS:
 Se explican con antelación y se cumplen. De este modo si un adolescente se retrasa siempre en su hora de llegada, habría que sentarse con él tranquilamente, hablar de la importancia de la norma, revisar el horario si fuera necesario y pautar una consecuencia, como por ejemplo: «el tiempo de retraso, tendrás que recuperarlo al día siguiente volviendo antes. En caso de no cumplirse, un día sin salir». Para que se entienda la consecuencia, es importante cumplirla. Ten en cuenta que hay niños que necesitan comprobarlo para entenderlo… si es el caso, ánimo!

– MÓVIL:
 Si tuviera que escoger sólo una pauta para el móvil, pondría un horario de desconexión. Es fundamental garantizar el sueño de los adolescentes. Poner un programa que desconecte el móvil a una hora determinada ayuda muchísimo, pero es importante saber que hay todo tipo de vídeos circulando por internet en los que se explica cómo saltarse el control parental. Está claro que tenemos que educar en la responsabilidad y en la confianza, pero a esta edad, decir que no al móvil puede ser un reto difícil de conseguir, por lo que ayudarles en este punto, no está de más.

– CONECTA PRIMERO, EDUCA DESPUÉS:
 Como padres, a veces nos cuesta desconectar de nuestro Roll de educador y pasamos los tiempos aleccionando a nuestros hijos. Necesitamos pasar tiempo de calidad, de desconexión, de risas, de confidencia, tiempos en los que las meteduras de pata pasadas no están presentes y en los que el amor lo impregne todo.

– RECUÉRDALE QUE LE QUIERES,
que le admiras, lo importante que es para ti, que estás ahí para lo que necesite… Eres su mejor cheerleadder!!

– CONTINÚA TU FORMACIÓN: 
No hemos nacido aprendidos y muchas de las pautas con las que nos educaron a nosotros, no son válidas a día de hoy. Formarte y actualizarte te va a ayudar a acompañar a tu hijo de forma serena, a darle herramientas para disfrutar de estos años y prevenir problemas asociados a esta etapa. Pero también,  te va a ayudar a detectar situaciones de riesgo, comportamientos de alerta, a buscar soluciones  eficaces y a saber cuándo y dónde pedir ayuda.

Estar presentes de forma consciente
es la mejor garantía de futuro para nuestros hijos e hijas

Adolescencia:
Conocerla y acompañarla

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